El MALBA inaugura una exposición panorámica de Anna Maria Maiolino (Scalea Italia, 1942) con más de cincuenta años de trabajos que incluyen pinturas, dibujos, xilograbados, esculturas, fotografías, videos, piezas sonoras e instalaciones en un intento de plasmar el espíritu prismático de la artista.

El carácter paradójico y multidimensional de los humanos permite una expresión infinita e inabarcable del ser, con una gran cantidad de medios que se exploraron –y explotaron– a lo largo de la historia de las artes para retratar fragmentos de la propia experiencia.

Anna Maria Maiolino traduce esa búsqueda a una obra variada, ecléctica, atravesada por lugares, vínculos y afectos, luchas políticas, rutinas y vivencias que la fueron marcando. Organiza su historia en formas, palabras, videos, fotografías, mapas, utilizando su propio nombre y mucho más en un intento por darle sentido a lo que vive.

En su serie de Mapas Mentais [Mapas Mentales] la artista dispone a su madre y padre, lugares y años en un sistema de relaciones para sintetizar registros, coordenadas, momentos y personas bisagra. En definitiva, el mapa es una manera de visualizar el espacio para adquirir perspectiva y, así, mostrar otra dimensión del territorio, de la historia, o de los afectos.

 

Los signos de puntuación rompen con la pretensión de que la linealidad otorga sentido por defecto. La artista expone todo lo contrario: es el juego entre las múltiples identidades, lo fragmentado y lo imprevisto lo que termina de conformar su vida. La historia e identidad propia de Maiolino nunca se entendió de modo lineal, nunca hubo una intención de establecer una temporalidad y eso se traslada a sus tramas con puntos, comas, mapas, manchas y espirales.

La artista encuentra valor en repetición de los gestos, rescatando la potencia de lo cotidiano, lo esencial que se reproduce desde los inicios de la humanidad. Sabe correrse de la solemnidad y conectarse con el juego y el humor a través de acciones y formas primarias que van entre manchas, mapas o paisajes.

La performance fue una parte importante del trabajo de Anna María Maiolino. Desde Entrevidas, cuando caminó descalza sobre un empedrado cubierto de huevos, hasta una búsqueda más profunda, en la que se conjuga la forma con la materia: el acto con la consistencia. La artista inaugura el neologismo de Fotopoemacciones, entrelazando la performance con la fotografía para seguir organizando, plasmando un carácter polifacético.

 

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